Ni flores, ni plantas, ni textiles… nada hace más acogedora una terraza en verano que velas y lucecitas de ambiente.
Las velas tienen el poder de convertir un espacio oscuro y aburrido en uno cálido y acogedor. En Dinamarca donde hemos pasado un par de semanas visitando familia y amigos, se encienden a todas horas, para el desayuno, la comida o la cena, sea de día o de noche, para los de casa o cuando vienen invitados, en casa y en el trabajo, hasta en sitios públicos y oficiales las veréis y por supuesto en bares, en cafeterías y restaurantes, donde son accesorio obligado como un salero y pimentero.
En España no están tan extendidas y en el verano se usan menos, pero deberíamos copiar un poco más la idea, porque los ambientes cambian radicalmente cuando están encendidas y es muy agradable.
En la terraza la única excusa para no ponerlas es el viento, pero eso se soluciona con farolillos y porta velas más cerrados que protejan la llama.
Si les hacen falta ideas de cómo colocarlas pueden fijarse cómo lo hacen en esta villa en Gotemburgo tanto en la terraza como dentro en el salón, recordad que también podéis colocarlas sobre el suelo, más sencillo que una lamparita que necesita un enchufe.
Es curioso ver cómo cambia el mismo espacio del día a la noche, no tienen nada que ver, ni fuera, ni dentro, los animamos a que creen iluminación de ambiente, verán que maravilla, que sensación más acogedora.
Vía: Bjurfors