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Este color en sus tonos más oscuros aporta elegancia y sofisticación, pero procura utilizarlo en su justa medida si no dispones de estancias muy amplias y/o con mucha luz (la primera cocina que te enseño es increíblemente bonita) porque es un color con muchísima personalidad y acapara todas las miradas, si no, también puedes decantarte por un azul grisáceo como en las imágenes de la habitación que te enseño a continuación o azul petróleo que no son tan potentes como un azul marino;)
Si ves que las grandes superficies no son lo tuyo, también puedes decantarte por pequeño mobiliario como una mesa auxiliar, una silla o una estantería por ejemplo, o con accesorios de decoración que aporten ese punto elegante y sofisticado que trae de la mano este color.
¿Combinarlo?
Es un color perfecto para combinar con casi todos los colores habidos y por haber, pero a mi me encanta con mostaza para un efecto más vibrante y turquesas apagados para un ambiente más fresco. Si quieres que te dé mi opinión, yo me decantaría el color dorado para detalles y el color topo para textiles…mmm…¡me encanta! siempre por supuesto con una base blanca que aporte luz y madera y fibras naturales para el toque cálido ¡Ah! Añade flores y plantas para darle vida al conjunto, ¡el éxito está asegurado! 😉
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