[vc_row css_animation=”” row_type=”row” use_row_as_full_screen_section=”no” type=”full_width” angled_section=”no” text_align=”left” background_image_as_pattern=”without_pattern”][vc_column][vc_column_text]Por fin lo has conseguido. Te has mudado a una casa con la terraza de tus sueños y es perfecta para cultivar tus plantas. Iniciarte en el mundo de la horticultura es una actividad de lo más gratificante, apta para todos los públicos aunque no seas un gurú en la materia. Son muchos los beneficios que proporciona ver crecerlas en el huerto particular de casa. Un hobby terapeútico y sostenible.
Ya no tendrás que salir al campo o morirte de envidia cada vez que vas a casa de amigos que disponen de un jardín con huerto de revista. A partir de ahora podrás cultivar tus plantas aunque seas un urbanita empedernido porque los espacios exteriores domésticos son escenarios perfectamente idóneos para su desarrollo. Según el Observatorio del Hábitat de Leroy Merlin al menos el 50% de las viviendas españolas poseen balcón, mientras que el 30% cuenta con trastero o terraza.
Cultivar tus plantas: en la terraza, el jardín o el patio
Todo lo que necesitas para cultivar tus plantas sin salir al campo es contar en tu hogar urbano con una terraza, un jardín con césped o un patio. Y si es así, lo más probable es que sea un escenario al aire libre lo suficientemente soleado como para planificar un sencillo huerto del que sentirte orgulloso, sin importar demasiado el tamaño. Solo es cuestión de plantear en él un cultivo inteligente, con las frutas y verduras que mejor se adapten a la climatología de la zona donde vives.
Lo ideal sería que tu terraza recibiera la mayor cantidad de luz posible, una exposición continua al sol. Sin embargo, no siempre es así en los espacios al aire libre de las viviendas urbanas. La clave será buscar ese lugar de tu terraza que reciba un mínimo de 5-6 horas de solo directo. La orientación sur o suroeste es la que aconsejan los expertos.
Así que no te prives y adelante con el plan de cultivar tus plantas. Es una tarea más sencilla de lo que puedas imaginar y no requiere una gran inversión. A cambio lograrás convertir ese pequeño rincón exterior en un lugar donde evadirte, desconectar y sentirte en contacto con la madre naturaleza sin pisar la calle. Todo lo que llevabas soñando desde hace tiempo.
Un hábito alimentario más sano
La decisión de cultivar tus plantas también te abre la puerta a empezar a vivir con un concepto más ecológico, en sintonía con tu decoración con materiales sostenibles. En definitiva, a fomentar un estilo de vida más saludable porque podrás cultivar alimentos cien por cien naturales, sin pesticidas, aunque sea a pequeña escala. Al fin y al cabo esas frutas y hortalizas serán productos frescos, que no serán manipulados en la cadena de alimentación. ¡Además del ahorro que supondrá en la cesta de la compra!
En unas cuantas semanas, cuando recojas tu pequeña cosecha y pruebes su sabor quizá empieces a plantearte una alimentación más sana. El hecho de cultivar nuestras plantas no solo nos relaja y nos hace sentir cerca del campo. De repente, nos permite comer de una forma más sana, componer menús para nuestro día a día naturales y a nuestro alcance porque algunos de sus ingredientes salen de nuestro huerto doméstico.
Reciclaje de agua y de materiales
Un riego eficaz es clave para cultivar tus plantas y que crezcan bien. Hay varias opciones que te permitirán conseguirlo. Si tu terraza o balcón dispone de un grifo lo más sencillo es adaptar en él una manguera. Pero no siempre es así. Piensa entonces en un depósito de agua con programador, al que podrás incorporar mangueras con los goteros que necesites. No olvides que el agua de lluvia que cae en tu ciudad también puede ser una excelente manera de regar la tierra de tu siembra. Reciclarla te ayudará a consumir menos y lo agradecerás en el recibo.
Según el espacio disponible en tu terraza te interesará escoger un tipo de contenedor u otro. La escasez de metros no es una barrera porque hay soluciones de todo tipo. Desde un huerto vertical para rentabilizar la pared más amplia de ese espacio exterior, a las tradicionales macetas que normalmente usas para tus plantas ornamentales. Quizá prefieras una versión de suelo, mediante cajones de cultivo escalonados de madera tratada, o con diferentes compartimentos. Son perfectos para acoplar tu huerto en un espacio reducido. Y si te apasiona todo lo relacionado con el DIY, atrévete a diseñar el tuyo propio con pallets o tableros recuperados. Tendrás una pieza única.
Una tarea para compartir con los tuyos
Otra razón para emprender esta tarea ya mismo en tu terraza es porque podrá ser un momento agradable para compartir con la familia si así lo decides. Incorporar a tu vida esta actividad es de lo más gratificante, y en compañía aún más. En concreto, con niños en casa, será una oportunidad de oro para reencontrarse con la naturaleza, hacerles ver lo importante que es valorara y respetarla. Además, el hecho de cultivar tus plantas con ellos se convertirá en un valioso aprendizaje para conocer en vivo y en directo en qué consiste montar un huerto de estas características. Y descubrir qué papel cumplen los ciclos naturales y las estaciones desde un punto de vista integral.
Desde la selección de las semillas más apropiadas en el vivero, a la preparación de la tierra antes de cultivar las hortalizas y verduras. Y, por supuesto, cómo deben ser regados y qué contenedores son los más propicios. Cultivar tus plantas, verlas crecer, cosecharlas y por último formar parte de tus alimentos habituales. Cuántas satisfacciones emocionales por experimentar.
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